martes, 12 de julio de 1580

Edad:
53 años

Cómo fue marchando el exército desde Montemor Nobo, la vía de Setúbar.

Partió el exército desde Montemor Nobo al amanecer a los doze de julio, y fue a hazer alto a dos leguas de allí, a un gran monte de alcornoques, junto a un pequeño río donde estuvo aquella noche; ya la mañana se partió hasta un raso, dos leguas más adelante, donde hizo alto; y por la tarde vinieron hasta donde el real estava dos compañías de arcabuceros de a cavallo, que el Duque havía imbiado contrezientos infantes, dos días havía, con orden que llegasen hasta la mar, cinco leguas d’este alojamiento,y descubriessen lo que havía en aquella tierra.

Y acaecioles que haviendo llegado a la villa de Alcáçar, que está junto al agua, los de la villa se les rindieron y recibieron a los nuestros, los quales estuvieron aquella noche dentro de la villa, aunque con cuydado, haziendo sus centinelas. Y a la mañana pusieron de los trezientos arcabuceros que tenían,los ciento y ochenta de guarnición en un castillejo que allí havía, poco fuerte y aportillado. Y como los demás de los nuestros dieron la buelta al real para dar cuenta al Duque de lo que passava, y los de la villa lo entendieron, al punto se rebelaron y començaron a pelear con los nuestros que estavan en el castillo. Los quales, visto lo que passava, imbiaron a dar aviso al Duque, pidiéndole socorro.El qual teniendo entendido que se podrían defender hasta que el real llegasse a segundo día, no los quiso socorrer, y luego partió el exército a Setúbar, a los catorze del dicho, y este día imbió el Duque quatrocientos arcabuceros de socorro al castillo de Alcáçar, y quando llegaron luego los de la villa se tornaron a rindir, y no por haverse rebelado el Duque les mandó hazer ningún daño, aunque havían embarcado el artillería que tenían, y guiándola a don Antonio.

Y el Duque puso de guarnición al Capitán Villagómez, del hábito de Sant Juan, con ciento y ochenta arcabuceros del tercio de don Grabiel [sic] Niño. Y como el exército huviesse caminado dos leguas, llegó a tomar alojamiento en un gran monte de muy altos fresnos, ribera de un río, dondeestuvieron aquel día. Y el siguiente caminaron una legua, y llegaron dos de Setúbar, y aquel día como el real estava ya a vista del enemigo pareciole al Duque cosa conveniente que huviesse  dos cuerpos de guardia y centinelas de la cavallería media legua delante del real, y mandó que se encargasse a los continos el trabajo de aquella noche, los quales partieron del real a puesta de sol, y llegados al sitio donde havían de hazer la guardia, era un muy espesso monte de carrascos y espinos tan altos como un hombre, y el suelo era muy áspero de cuestas y hoyadas, sitio bien dificultoso para pelear, adonde sedividieron los continos en dos partes: la una hizo allí plaza de armas, y los diez d’ellos puestos en ala atravesando la campaña, hizieron sus centinelas, uno en cada puesto, y apartados un gran tiro de piedra uno de otro, haviendo tomado por nombre a Sant Andrés, los quales estuvieron en aquella orden el tercio de prima; y cuando llegó el de la modorra se mudaron al cuerpo de guardia, saliendo la mitad delos que en él havía, los quales se pusieron en el mismo puesto que los primeros havían tenido, hasta que fue hora de que la otra tercia parte entrassen al tercio del alba; y la otra mitad de los continos passaronmedio quarto de legua más adelante, y por la orden que havemos contado hizieron lo mismo.

Era la disposición de la tierra tan fragosa que, si el enemigo llegara, los cavallos no podían pelear sin grandíssima difficultad, y si viniera infantería, aunque fuera poca, con facilidad pudieran aprovecharse de nuestra cavallería, a causa de la grande espessura y aspereza de sitio, y también porqueno tenían de su parte ningunos arcabuceros que respondiessen a los del enemigo. Y en aquella noche no se sintió gente portuguesa en toda la campaña, y siendo ya el sol fuera, los continos se volvieron al real.

Fuentes

 

Antonio de Escobar, "Verdadera recopilación de la felicíssima jornada que la Cathólica Magestad del rey don Felippe nuestro señor hizo en la conquista del reyno de Portugal", impresa en Valencia, en casa de la viuda de Pedro de Huete, en 1586.

ed. de Amparo Alpañés

Anexos de la Revista Lemir (2004)

Universidad de Valencia.

 

 

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