El Príncipe Felipe abandona Montserrat y llega a Barcelona.

Ya eran los treze de octubre, quando el Príncipe baxó de Monserrate. Salieron de Barcelona ale recibir hasta Molinderey don Juan Fernández Manrrique, Marqués de Aguilar, Visorrey y Capitán general de Cataluna, y don Bernardino de Mendoça, Capitan general de las galeras de España, con muchos cavalleros y gentileshombres.

Y amedia legua de la ciudad, don Jaime Cassador, Obispo de Barcelona, y don Juan deTormo, Obispo de Vic, y los Diputados del Principado y Cónsules con muchos gentileshombres y ciudadanos como a su Príncipe y Señor natural.

Entró en Barcelona ya de noche; assí como venía por la posta se fue a apear a la casa de doña Estephanía de Requesens, biuda, que fue casada con don Juan de Zuñiga, ayo del Principe, Comendador mayor de Castilla, y del Consejo de Estado del Emperador. Esta fue una mujer tan excelente y rara, que no le faltó sino bivir en los tiempos passados para que se celebrara y uviera una perpetua memoria d'ella.

Estuvo el Príncipe en Barcelona tres días en proveer y despachar algunas cosas que convenian al bien público de aquellos reynos, y descansando del trabajo que en el camino avía pasado con las muchas aguas y tempestades que el tiempo hizo.

El Cardenal de Trento, por servir y festejar al Príncipe y regocijar a todos, usando de su acostumbrada magnificencia y largueza, hizo un vanquete general al Principe y a toda la corte y los demás  que quisieron yr a recibirle, en un jardín muy lleno de naranjos y cidros y otros arboles muy diversos, donde para ello estava un cenador muy bien aderezado de doseles de brocado y de muy rica tapicería. Fueron muchos a verlo por ser comida tan real y sumptuosa.

Uvo a la noche fiestasy mascaras.