miércoles, 15 de junio de 1580

Edad:
53 años

Cómo don Antonio fue levantado por Rey, y qué pueblos le obedecieron.

Siendo muerto el Rey Cardenal don Henrrique, se juntaron a cortes los procuradores de las ciudades del reyno de Portugal, y en ellas fueron nombrados cinco Governadores de aquel reyno, en el entre tanto que se averiguava el derecho de la sucesión d’él, porque como le pretendía la Magestad del Rey don Felipe, nuestro señor, y don Antonio, Prior de Ocrato, de la orden de sant Juan, hijo no ligítimo del Infante don Luys, que fue hijo del Rey don Manuel, y aunque el Duque de Bergança pretendía tener algún derecho, nunca quiso declarar su pretensión, visto que su Magestad la tenía mejor, y que don Antonio no le tenía.

Con todo esto, las cortes no declararon Rey, y nombraron por Governadores al Arçobispo de Lisboa, don Jorge de Almeyda; y a don Juan Tello, justicia mayor; Diego López de Sosa Diablo; don Juan Mascareñas; Francisco Dessa de Meneses, los quales como vieron que su Magestad yva tomando por fuerça possessión en el Reyno y que ligítimamente le pertenecía por derecho, se declararon por leales vassallos de su Magestad, y le fueron a dar la obediencia a la ciudad de Badajoz los tres d’ellos en nombre de todos cinco, por estar impedidos el Arçobispo y don Juan Tello.

Lo qual visto por don Antonio, que a la sazón estava en Santerén, començó a tratar con los de aquella villa sobre el caso, y después de haver passado sobre ello muchas razones, unas a favor, y otras en contra, poniendo delante los grandes inconvenientes que de allí se podrían recrecer, pudo tanto la malicia y ambición que, pospuesto el desservicio de Dios que resultaría, y el temor de la fuerças humanas a quien tocava la defensa de tan ynorme delito, se resolvieron con inducimientos que les fueron hechos en que tomasse título de Rey, sin que para ello uviesse más acuerdo ni nuevas contradicciones, y luego le començaron a besar la mano como a Rey a los quinze de Junio de aquel año; y este día, le juraron por su Rey, y le llevaron a la Yglesia con mucho ruydo llamándole Rey de Portugal, y ansí le traxeron por las calles de la villa para que todos lo entendiessen.

Y partió de allí y anduvo visitando otras villas y ciudades de aquel reyno, dándoles a entender que ya tenía título de Rey, con el qual se proveýa de gente y de las demás cosas que le parecían ser convenientes para sustentar guerra, defendiendo su título, con el qual proveyó muchos oficios, dignidades y encomiendas.

Y de aý partió para Extremoz, y halló en el castillo, que allí hay, por alcayde a don Juan de Azebedo puesto por mano de los Governadores, al qual encargó la defensa de aquel castillo, y partió de allí para Montemor Nobo, y luego fue a las villas de Setúbar y Palmeda, que están muy vezinas, y poniendo en Setúbar veynte y cinco compañías de soldados para que ayudassen a defender la villa, y ochocientos en Palmeda, y dozientos cavallos, puso por alcayde en el castillo de Otán, en la marina, una legua de los muros y a la vista de Setúbar, al Capitán Bendamota, y en el castillo de Palmeda a Basqui Hiañes Pacheco, a los quales recibió pleyt’omenaje.

Y de allí se embarcó para Cascaes, adonde puso por alcayde en el castillo a Henrrique Pereyra de la Cerda con ochenta soldados, y de aý fue atrincherando en la marina dos sitios adonde los castellanos pudieran tomar puerto, y en ellos puso mucha cantidad de pieças de batir embevidas en las trincheras con mucho número de soldados.

Y de aý fue a sant Gián de Hueras, donde puso por alcayde en el castillo al Capitán Tristán Baes de la Vega, con seyscientos soldados.

Y de aý se partió a poner en cobro la torre de Belén, y dar orden en formar su campo, tomando para ello sitio junto al río Alcántara, media legua de Lisboa, para esperar batalla al Duque de Alba si hasta allí llegasse. 

Fuentes

Antonio de Escobar, "Verdadera recopilación de la felicíssima jornada que la Cathólica Magestad del rey don Felippe nuestro señor hizo en la conquista del reyno de Portugal", impresa en Valencia, en casa de la viuda de Pedro de Huete, en 1586.

ed. de Amparo Alpañés

Anexos de la Revista Lemir (2004)

 

Día anterior Día siguiente