sábado, 15 de octubre de 1580

Edad:
53 años

Cómo fue puesta en las puertas de Lisboa una provisión de su Magestad.

A los quinze de octubre de aquel año fue puesta en las puertas de Lisboa una provisión de su Magestad en lengua portuguesa del tenor siguiente:

   «DON PHELIPE por la gracia de Dios Rey de Portugal, de los Algarves, de Aquende, y de aliende el mar en África, señor de Guinea, e de la conquista navegación, comercio de Ethiopía, Arabia, Persia, e la India, &c. Hago saber a los que esta mi carta vieren que yo soy informado cómo don Antonio, hijo no legítimo del señor Infante don Luys, mi tío, que Dios tiene, después de escapar huyendo desbaratado en los arravales de Lisboa por el Duque de Alva, mi primo, del mi Consejo de Estado y mi Capitán General, siguiendo su rebelión se fue a la comarca de la Vera, con alguna gente sediciosay rebelde que le siguió, y otra que se ha juntado a fin de robar, anda por algunos lugares del reyno haziendo insultos, robos y estragos, mucho contra el servicio de Dios y mío, y con mucho escándalo y perjuyzio del pueblo.

Y queriendo en esso proveer por todas vías possibles, puesto que para el mismo effecto tengo embiados algunos capitanes de pie y de cavallo, he por bien y me plaze que qualquiera persona de qualquiera calidad y condición que sea pueda prender al dicho don Antonio, y a qualquiera que ansí lo hiziere y le diere preso (supuesto que por sí no le prenda) he por bien de perdonar, ansí a él como a todos los que consigo llevaren para el dicho effecto toda y qualquier culpa que tuvieren en el mismo caso de su rebelión. Y los restituyo, y he por restituydos a sus haziendas y officios, beneficios, dignidadesy preminencias, como si en tal caso no huvieran delinquido. Y allende de esso, ansí a ellos como a qualesquier otros culpados no fueran en la dicha rebelión, confirmaré qualesquier  privilegios, mercedes y libertades que tuvieren de los señores reyes mis predecessores. Y prometo, sobre mi fe y palabra, de les hazer las más mercedes que justo fuere, conforme a la calidad de cada uno de las personas que intervinieren en le prender o dar a prisión, como dicho es, de manera que queden bien satisfechos del servicio que en ello me hizieren.

E si en alguna ciudad, villa o lugar que le ansí entregare preso, o le diere en prisión, allende de le confirmar todos los privilegios, franquezas e libertades que tuvieren de los dichos señores reyes, y les concederé otros de nuevo en utilidad pública para ellos y sus descendientes. E a las personas particulares que en esso intervinieren, haré todas las mercedes arriba declaradas. Por ende, succediendo que en el conflito de la prisión el dicho don Antonio sea muerto por la persona, o personas que lo pretendieren prender, he por bien y me plaze que hayan aquellas mismas mercedes, entregándole bivo o muerto.

Y para que venga a noticia de todos, mande passar esta carta por mí firmada con el sello de mis armas reales de la dicha corona de Portugal, y mando que el traslado d’ella impresso y sellado con el dicho sello, y refrendada por Nuño Álvarez Pereyra, mi secretario, se dé tan entera fe y crédito como a esta propria. Dada en la ciudad de Badajoz, a cinco de octubre de mil y quinientos y ochenta.

                                                                                       YO EL REY.

                                                                              Nuño Álvarez Pereyra.»

Fuentes

Antonio de Escobar, "Verdadera recopilación de la felicíssima jornada que la Cathólica Magestad del rey don Felippe nuestro señor hizo en la conquista del reyno de Portugal", impresa en Valencia, en casa de la viuda de Pedro de Huete, en 1586.

ed. de Amparo Alpañés

Anexos de la Revista Lemir (2004).

 

 

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