miércoles, 17 de agosto de 1580

Edad:
53 años

Cómo slieron los ginetes a correr la tierra, y de una escaramuça que tuvo el Capitán Eredia.

A los dichos treze de agosto por la mañana, salieron de San Gián nuestros ginetes a correr la tierra, y llegaron por un lado a legua y media de Lisboa, donde prendieron un portugués que yva solo con una requa de treynta y tres machos y rocines cargados de trigo para don Antonio; y otros portugueses que yvan con el preso, havían huydo como sintieron desde lexos a los ginetes, los quales traxeron al real el preso y la requa. Y el Duque mandó lo repartiessen ygualmente entre los que lo havían ganado.

Es de saber que Lisboa se provee de acarreo por tierra y mar, y estando las cosas de la guerra en el punto que havemos contado, resulta de aý tener por entonces Lisboa quitada la entrada a los bastimentos por mar de todo punto, y por tierra no le quedava sino hazia Santerén y Coymbra, que estavan a la otra parte de la ciudad. Y a los quince de agosto se supo que de los cavalleros portugueses, que pelearon el día de Sant Lorenço con los continos, murieron en Lisboa de las heridas que de allí sacaron otros siete, lo qual se entendió por cartas de Lisboa.

Y a los diez y siete del dicho, salió del tercio de Nápoles el Capitán Eredia y con él sesenta mosqueteros y noventa arcabuzeros para recoger los soldados que havían ydo sin orden a saquear las quintas y ganados que hallassen. Y toparon con duzientos portugueses de cavallo con lanças y adargas, y con ellos cien arcabuzeros, con los quales travaron escaramuça al cabo de la qual los nuestros les havían ganado mucha tierra y una serreta que allí tenían, donde se pudieran hazer fuertes, y muértoles dos portugueses, y ellos no hirieron ningún castellano, y el daño que les hizieron fue quitarles un bagaje cargado de gallinas de las Indias y ansarones, que havían recogido nuestro soldados, los que andavan fuera de orden, y con esto se contentaron los portugueses y se retiraron.

Y en otra parte a la misma hora, setenta portugueses de cavallo tuvieron cercados en una casería a veynte arcabuzeros nuestros, desde las tres de la tarde hasta puesta de sol, y los arcabuzeros les disparavan con tanta priessa que no los dexavan llegar. Lo qual visto por los portugueses y que ya era tarde, considerando que a los nuestros les podría llegar socorro se retiraron, y los nuestros se bolvieron al real.

Fuentes

Antonio de Escobar,

 "Verdadera recopilación de la felicíssima jornada que la Cathólica Magestad del rey don Felippe nuestro señor hizo en la conquista del reyno de Portugal", impresa en Valencia, en casa de la viuda de Pedro de Huete, en 1586.

ed. de Amparo Alpañés

Anexos de la Revista Lemir (2004)

 

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