miércoles, 2 de febrero de 1558

Edad:
30 años

Carta del Conde de Feria a Felipe II

                                                           COPIA DE OTRA CARTA

   DEL CONDE DE FERIA Á SU MAJESTAD, EN LONDRES Á 2 DE FEBRERO DE 1558.

         ( Archivo general de Simancas. - Secretaría de Estado . - Leg. 811 , fol. 25. )

Yo vine aquí miércoles en la tarde á 26 del pasado, y aun que lo pudieron hacer ántes , me detuve por no traer en mi compañía la nueva de la pérdida de Guines que juntamente pasó la mar conmigo. Habiendo besado las manos á la Reina, nuestra Señora, y dádole la carta de V. M. y las buenas nuevas de su salud, con que holgó en extremo, le comuniqué la instruction que traia, conforme a lo que V. M. me mandó, y en todo está Su Majestad con la voluntad y ánimo que sería necesario que tuviesen todos los deste Reino, ó á lo menos los que lo gobiernan . Su Majestad me dijo que mandaria que otro dia se juntasen los del Consejo para que yo les pudiese hablar, y que no podria ser por la mañana, porque los ocupan los negocios del Parlamento. Visité al Cardenal y dile la carta de V. M .: hele hallado de buena voluntad en las cosas que le he comunicado, aunque entiendo que los del Consejo le llevan a lo que quieren.

Está bien escocido de sus negocios de Roma. Hasta el viernes que fueron 28 no se juntaron los del Consejo, y aquel dia lo hicieron despues de comer en el aposento del Cardenal, á donde Figueroa y yo les hablamos, diciéndoles lo mejor que supimos lo que V. M. mandó en general.

Y habiéndonos oido y respondido con grandes palabras de sumision y agradecimiento, á la voluntad que han hallado siempre en V. M. para el bien y amparo deste Reino. Y ahora especialmente por las provisiones que V. M. habia mandado hacer para el socorro de Cales. Quisieron saber qué era el parecer de V. M. en el estado que ahora se hallan las cosas, y les dije que V. M. juzgaba por conve niente, así para el bien deste Reino como para la reputacion y honor que la Nacion habia perdido, lo que en el V capítulo de mi instruction se contiene.

Y lo del haber rompido la guerra por voluntad de V. M. tambien se les dijo, sin aguardar á que de su parte se apuntase la plática , porque la Reina, nuestra Señora, insistió en que era mejor hacello así. Y aunque á Su Majestad no le han hablado en ello los del Consejo, sabe que unos con otros han tratado la materia, y en Londres y en todo el Reino es plática muy comun . Dijéronme que querian tratar entrellos el negocio para decir su parecer , y aunque los he so licitado y á la Reina , nuestra Señora, tambien para que no pierdan tiempo , hasta ayer no me respondieron , y segun ellos están mal avenidos entre sí , y se saben resolver mal en lo que tratan, no les debe parecer que tomaron mucho tiempo para hacello.

Ayer tarde vinieron á mi aposento el Chanciller, Mi.lord Pembruch, el obispo de York , el Camarero mayor Hastings, y el Caballerizo Mayor Jarningan, y Walgram, y Clinton y el Secretario Bocssol. Faltaron Pajete y el conde de Arundel y Piter, que habian estado con los otros cuando les hablé en el aposento del Cardenal. El Chanciller comenzó una arenga encareciendo lo mucho que este Reino debia á V. M. , y tras esto dijo las necesidades dél, y los grandes gastos que le era forzoso sostener para su defensa. Y tratando primero de la frontera de Escocia, dijo que el Rey de Francia ha enviado allí gente, de que están harto temerosos.

Luego habló de lo de Irlanda, á donde dice que han menester tener más gente de guerra ordinaria que suelen. Tras esto de la Isla de Wicht y otras islas de que tambien están con cuidado, por haber entendido que franceses tienen 80 navios en Dieppa, y en algunos dellos de armada y en orden para salir.

Y que tambien les era necesario reforzar de gente algunos lugares de la Marina del Mediodía, y armar 100 paves, que la menor dellas será de 100 toneles, y la mayor de hasta 600, sin otros 50 navíos pequeños que ellos llaman en su inglés, barcos de victualla.En esta armada hacen cuenta de meter de 15 á 16.000 hombres, y dicen que 10 ó 12.000 destos, podrán echar en tierra en la parte que V. M. mandare de la costa de Francia por poco tiempo á hacer lo que se les ordenare, la cuenta que echan de la gente y gasto que montará lo arriba dicho, va en esa Memoria que la Reina, nuestra Señora, me habia dado el dia ántes.

Dijéronme tambien lo que temian el Armada, que el Rey de Dinamarca y las ciudades marítimas, enviaban á instancia del Rey de Francia, aunque un Secretario que aquí tienen los Esterlines, les asegura que no es verdad esta liga que dicen que se ha hecho.

Para lo de Escocia les parece que tienen necesidad de 3.000 infantes alemanes y 500 caballos herreruelos, y suplican á V. M. les haga merced de señalarles las cabezas que les han de traer, y que sea lo más presto que se pudiere. La infantería, me dice Clinton , que se ha de embarcar en Amsterdam y venir a la costa del Norte á desembarcar á un lugar que se llama Niucastel, y la caballería en esta costa de Flandes, lo más cerca que pudiese ser, á propósito de venir á desembarcar en Dovra, y que enviaban comisarios con el dinero para levantar y pagar esta gente, al tiempo y lugar que V. M. les mandare avisar. Aquí se les dará razon de lo que les costará lo uno y lo otro, fuera de lo del Hartguelt de que será menester avisar de allá cómo se concertare.

Despues de todo esto dijeron que tenian poca esperanza de poder juntar fuerzas para poder hacer la guerra en tierra desde cabo de la mar, habiendo cumplido estos gastos forzosos para la seguridad del Reino.

Yo les respondí que avisaria á V. M. de todo lo que me habian dicho para que viese lo que sería servido proveer que más conviniese á su servicio y bien deste Reino. Y en el entre tanto les encargué que diesen priesa á sacar los navios que pudiesen para seguridad de su costa, porque en la verdad,están tan temerosos y tan alterados, que si les saltan 100 hombres en tierra, no resistirán á los enemigos, y podrian volver contra los amigos.

Dícenme que dentro de quince dias, podrán sacar siete naves de la Reina nuestra Señora, que están aquí en la ribera del Taimps, y otras cinco de Dovra y siete de mercaderes, que también están en esta ribera. Quieren saber si desos Estados se les darán hasta 24 ó 25 urcas para traer á su sueldo, las cuales, se incluirán en el número de las 100 naves; Clinton es el que insta por estas urcas. Su Majestad dice, que lo hará almirante, como á V. M. le parece, y hoy se ha descargado Guillen Haunart del oficio, que no ha sido pequeño negocio de acabar segun S. M. lo diferia.

La Reina nuestra Señora y el Consejo, me han dicho que tenian gran cuidado en proveer á lo de las inteligencias que aquí tienen franceses; pero hay tantos que tienen naturaleza en este Reino, que no creo bastarán las diligencias que hicieren.

Los que trajesen la caballería y infantería alemana, sería menester que fuesen hombres más puestos en razón de lo que ellos lo suelen ser ordinariamente, y aunque sé que V. M. terná cuenta con esto, diré las personas que me parecen á propósito. De los coroneles que he visto en servicio de V. M. y del Emperador, Minicausen dicen que es hombre de razón, y si por estar este ocupado no pareciere, D. Juan de Ayala me dice de un Valderdun, que ha andado en esta guerra con el Duque de Saboya, y ha servido en este Reino, no sé si en tiempo del Rey Henrico ó de Eduardo, y si V. M. no tuviera necesidad de Lázaro Suendi, él fuera más á propósito que otro. Para la caballeria al Jobs Fonal, los que vinieren lo harán de mejor gana aunque hayan de pasar la mar, certificándoles que les será el venir más barato acá, que en Flandes la mitad.

Por una carta que escribí á Ruy Gomez, desde Gravisenda á 25 del pasado, habrá visto V. M. lo que me parecía acerca del pasar á Flandes la gente que se juntaba en Dovra, y después de llegado aquí, entendiendo que el número de la gente, no sería áun los 5.000 hombres que me habían dicho, y esos tan mal en órden, que aunque pasaran hicieran poco ó ningun servicio, y que los del Consejo estaban de parecer que no pasasen y que solamente venian en ello por querello la Reina nuestra Señora, me resolví, con parecer del Regente, como lo hago en todo lo que se ofrece, en que se revocasen y que otros 400 hombres de los que habían salido de Guins y Hams, que estaban alojados junto á Dunquerque, pues no habian de ir estotros , tambien se volviesen.

Clinton, no es del Conjeso escogido , está en buena gracia de Su Majestad, y le ha parecido que, por tener más plática que los otros de cosas de guerra, es bien metelle en este Consejo, y yo también lo he procurado, por parecerme que conviene así al servicio de V. M.; y también será necesario, si á V. M. le parece, que esto es bien así escribir una palabra á la Reina, nuestra Señora, en aprobación dello.

Ningún día hablo con la Reina, nuestra Señora, y con los del Consejo, que no les apriete en que procuren de buscar dinero por todas las formas posibles, y hasta ahora no sé que tengan otra que sea de importancia más que la del Parlamento, y desta no tienen más certidumbre, que decir que están muy de buena voluntad todos los del Parlamento. Y S. M. me ha dicho que cree que le darán más que nunca dieron a su padre. Yo le he respondido, que no es aquella la cuenta que debe hacer, sino procurar de haber el dinero que ha menester.

Certificanme que después de perdido Cales, no va a las iglesias la tercia parte de la gente que solia.

Hablando con la Reina, nuestra Señora, le dixe la manera de servicio que acostumbran hacer en España los señores con gente de caballo, en conformidad de lo que el Conde de Sussex, dixo á V. M. y respondióme que todos los deste Reino juntos, no servirán con 100 caballos y otros tantos infantes; y esto creo yo ni más ni ménos por el poco deseo que conozco en ellos de tornar á cobrar á Cales.

Francisco de Lexalde me dice que le han hablado, cinco ó seis destos señores á quien se deben pensiones para que se las pague y que serán de 9 á 10.000 ducados lo que se debe deste tercio á los pensionarios, y tambien el Conde Derbi me ha ha blado sobrello (sería bien pagalles si hay comodidad para ello ).

Nuestro Señor , etc

Fuentes

Coleccion de documentos inéditos para la historia de España 

Por el Marqués de la Fuensanta del Valle, D. José Sancho Rayon y D. Francisco de Zubalburu. 

Tomo LXXXVII . 

Madrid 

Imprenta de Miguel Gines

Calle de Campomanes, núm. 8 

1886 

CORRESPONDENCIA DE FELIPE II CON SUS EMBAJADORES EN LA CORTE DE INGLATERRA 1558 Á 1584 .( Archivo general de Simancas. )-1

 

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