viernes, 22 de julio de 1580

Santoral:
Día de la Madalena
Edad:
53 años

Cómo juró Palmeda a su Magestad, y de una cabalgada que fue a los negros que don Antonio tenía haziendo bizcocho.

En veynte y dos de julio, día de la Madalena, la justicia y regidores de Palmeda y Vasqui Hiañez Pacheco, alcayde de su castillo, vinieron al exército con las varas de justicia levantadas, y el alcayde con las llaves del castillo en la mano. Y se fueron a donde el Duque estava, el qual los recibió con palabras de que se tuvieron por contentos, y luego entregaron al Duque las llaves del castillo y hizieron la solenidad y entrega d’él y de la villa jurándole en nombre de su Magestad, y se constituyeron por tenedores de la villa y castillo de su mano.

Y porque estava Palmeda junto a Setúbar no se pusieron en ella más de ochenta soldados de guarnición.

Y a los veynte y tres de julio, salieron quatro compañías de ginetes a correr la tierra, y aviendo caminado dos leguas reconocieron que havía enemigos en ella, y bolviéronse al real a dar aviso al Duque, el qual mandó que a la noche saliessen a la sorda tres compañías de cavallos ligeros y una de hombres de armas, dos de arcabuceros de a cavallo, y fuessen a la parte donde los havían reconocido. Y como llegaron al mismo sitio, se fueron entrando hazia ellos y descubrieron mil y quinientos negros que don Antonio havía dexado allí haziendo bizcocho, los quales, como sintieron nuestra cavalgada, se armaron de arcabuzes, espadas y lanças y començaron a disparar en los nuestros, los quales hizieron lo mismo.

Y a cabo de poco rato, dieron los negros en huyda corriendo hazia la mar, que cerca de allí estava, donde se embarcaron los que más pudieron en muchos barcones que tenían aparejados para semejante necessidad. Y como fue tan repentina la huyda, no fue possible que todos pudiessen embarcarse, y los que vieron que no podían, acogiéronse a ciertas espessuras que cerca de allí havía. Y los nuestros los siguieron de mata en mata como quien anda a caça de liebres, y a los que descubrían los cautivaron, hasta en cantidad de setenta, y algunas bestias y dozientas cargas de harina y bizcocho, todo lo qual traxeron al real.

Y el Duque declaró ser havido de buena guerra, y que las compañías que lo ganaron lo repartiessen por yguales partes.

Fuentes

Antonio de Escobar, "Verdadera recopilación de la felicíssima jornada que la Cathólica Magestad del rey don Felippe nuestro señor hizo en la conquista del reyno de Portugal", impresa en Valencia, en casa de la viuda de Pedro de Huete, en 1586.

ed. de Amparo Alpañés

Anexos de la Revista Lemir (2004)

 

 

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