miércoles, 27 de julio de 1580

Edad:
53 años

Cómo salieron de Cascaes Sancho de Ávila y los continos a una cavalgada de portugueses.

Luego, el domingo a la tarde, postrero de julio, assomaron a una legua de Cascaes al parecer más de trezientos portugueses de cavallo, y con ellos docientos arcabuceros, y luego que por los nuestros fueron sentidos, dieron aviso al Duque, el qual mandó que saliessen a ellos Sancho de Ávila, don Álvaro de Luna y los continos, y don Pedro de la Gasca con veynte ginetes. Y al punto se armaron y salieron a buscar la cavalgada portuguesa, y como llegaron cerca de donde los nuestros la havían reconocido, hallaron ciento y cinquenta arcabuceros de los nuestros que hazían en una casa de un cerro cuerpo de guardia, y fueron en retaguarda de los continos, los quales passaron adelante por la costa hasta que descubrieron los contrarios en un gran cerro, que media legua de allí estava, y sin parar se fueron marchando hazia ellos, campeando con su estandarte.

Era toda la tierra por aquella parte de grandes valles y cerros, y como los continos subieron en uno d’ellos, estuvieron en lo alto parados un rato por ver si los contrarios que allí havían venido querían pelear con ellos. Y como Sancho de Ávila y don Álvaro de Luna vieron que los portugueses no baxavan hazia ellos, començaron a yr adonde los portugueses estavan, los quales como lo vieron se fueron retirando, y se repartieron en dos cerros, que más adelante havía. Y luego los continos puestos en otra serreta que cerca de allí estava, se estuvieron quedos, mirándose los unos a los otros un buen rato, y luego los continos se derribaron por la serreta abaxo, y al punto los contrarios se fueron retirando a unas montañas, y desampararon en la costa nueve pieças gruessas que allí havían puesto con sus trincheras, haviendo entendido antes que nuestra armada llegasse, que havía de venir a desembarcar por aquella parte, y como passó a tomar puerto más adelante adonde los portugueses nunca pensaron, no huvo lugar de hazer effecto con las nueve dichas pieças.

Y como vio Sancho de Ávila que los contrarios no havían querido pelear y que la noche se acercava, y estavan casi dos leguas de Cascaes, donde havían partido, mandó tocar a recoger los ginetes que andavan de dos en dos, atalayando y reconociendo la tierra. Y como se recogieron al esquadrón de los continos, luego todos juntos dieron la buelta para Cascaes por las trincheras donde estavan las nueve pieças, en las quales puso guardia Sancho de Ávila. Y como passaron adelante hallaron que los del castillo de Cascaes havían disparado luego que por allí passaron los continos a la yda, y havían muerto dos soldados del tercio de Nápoles en una senda que yva por una gran peña arriba, la qual era passo forçoso, que no havía otro, en el qual como los continos llegassen y hallaron los dos soldados muertos, y vieron que alcançava allí el tiro que hazía el castillo, dio Sancho de Ávila orden que baxassen por la senda a lo largo uno de otro tres cuerpo de cavallo, porque no pudiessen del castillo hazer puntería más de a uno sólo, y ansí passaron sin que el castillo les disparasse, y entraron en Cascaes, adonde por la mañana se traxeron las nueve pieças por mandado del Duque con gran regozijo de los nuestros.

Fuentes

Antonio de Escobar,

 "Verdadera recopilación de la felicíssima jornada que la Cathólica Magestad del rey don Felippe nuestro señor hizo en la conquista del reyno de Portugal", impresa en Valencia, en casa de la viuda de Pedro de Huete, en 1586.

ed. de Amparo Alpañés

Anexos de la Revista Lemir (2004)

 

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