jueves, 28 de julio de 1580

Edad:
53 años

Cómo el armada tuvo tormenta, y passó adelante de Cascaes por el mucho reparo que allí havía.

A los veynte y ocho de julio, como el armada fuesse navegando, se levantó a puesta de sol una gran borrasca, de tal manera que las fuerças de remeros no podían contrastar el viento sin gran trabajo porque dava en proa, y andavan las galeras barlonteando tanto que, si avivara algo más el viento, diera con ellas en alta mar. Y duró en esta forma dos horas, en las quales se hizo tanta diligencia que llegaron a dar fondo a un abrigo de altas rocas, donde passaron parte de la noche, y dos horas antes que amaneciesse la capitana de España tocó a leva, y luego que fueron recogidas las áncoras partió el armada con bonança, aunque yva el viento en proa, y llegó una hora el sol fuera a la villa de Sisimbra en la costa, donde dio fondo, y luego las galeras echaron esquifes a la mar para hazer aguada.

Era Sisimbra una villa de buen edificio, tenía seyscientos vezinos, y bate en ella la mar. Tiene, en lo alto de una gran montaña, un castillo, el qual con la villa eran del Duque de Avero, y estavan de paz. Y como la gente de los esquifes proveyeron en la villa las cosas de que tenían necesidad, a cabo de dos horas, viernes veynte y nueve de julio, començó el armada a navegar con gran bonança, y esta fue la causa de haver partido de allí tan presto. Y haviendo navegado seys millas, imbió el Duque una caravela a todas las galeras con orden para los patrones d’ellas que proveyessen luego de pólvora y cuerdas de fuego a toda la infantería, y que el armada bolviesse atrás las seys millas que havía navegado, y que allí diessen fondo hasta la noche, y de aý luego partiessen para que al amanecer llegassen a tomar puerto en la villa de Cascaes.

Y el haver buelto atrás las seys millas fue porque el enemigo no sintiesse que yva el armada y passasse encubierta con la noche. Y aquella tarde havía el Duque imbiado en una fragata a llamar a todos los capitanes de galeras para hazer con ellos consejo de guerra, del qual resultó que convenía partir de allí el armada a las diez de la noche para que el día siguiente por la mañana tomasse tierra a pesar del enemigo, el qual tenía, quando llegaron, dos desembarcaderos que allí havía poco antes de Cascaes bien trincherados y con mucha gente, y gruessas pieças embevidas en las trincheras, y el castillo de aquella villa estava bien guarnecido. Y don Antonio de Castro, señor d’ella, venía con el Duque desde Setúbar, que havía ydo a offrecerse en el servicio de su Magestad. Y como sabía bien aquella tierra, como natural d’ella, y la prevención del enemigo, y que no era possible llegar a tierra por ninguno de los dos desembarcaderos sin demasiado peligro, a causa del gran reparo que en ellos y en el castillo havía, dio orden con el Duque para que el armada se desviasse el mar adentro y passasse delante de Cascaes bien otras seys millas, adonde havía un boquerón de muy fragosas y altas rocas, en el qual con mucho trabajo le podría tomar puerto. Y en él ningún reparo havía porque los portugueses tenían por cierto que los castellanos no tendrían noticia de aquel boquerón, en el qual jamás los navíos acostumbraron tomar puerto a causa de su demasiada aspereza de sitio, y ansí no havían puesto en él ninguna defensa.

Y en siendo de día, como el armada passasse a vista de Lisboa y de la torre de Belén, aunque lexos, y cerca de Sant Gián de Hueras, y los portugueses que allí havía la reconocieron, començaron a disparar sus pieças desde el castillo contra ella, y lo mismo hazían los de las trincheras que estavan en los dos desembarcaderos, y el tiro que hazían no llegava a la armada, la qual por esta causa no quiso disparar, sino seguir su viage, hasta llegar seys millas de allí adonde estava el boquerón en que havía de tomar puerto. En el qual, como llegasse la orden que se tuvo en desembarcar conforme a la dispusición del áspero sitio, fue que de seys en seys fuessen desembarcando las galeras por el boquerón, las capitanas delante, y luego las patronas con la Porfiada de España, en la qual yva el autor.

Y ansí, por esta orden, desembarcasse toda el armada, y que los esquifes de las que primero desembarcassen acudiessen con gran priessa a desembarcar las demás, y ansí por esta orden hasta que toda el armada desembarcasse. Y como don Diego de Meneses, Coronel general de don Antonio, que allí hazía cabeça, vio que nuestra armada havía passado delante de Sant Gián de Hueras y de los dos desembarcaderos que él tenía bien reparados, caminó con su cavallería e infantería por la marina a vista de nuestra armada para ver a donde yva a parar, y a defenderla qualquier desembarcadero que pretendiesse, y como vio que havía dado fondo junto al boquerón, començaron a disparar algunas pieças que havía llevado hasta allí, y luego nuestras galeras respondieron con su artillería, la qual yva bien aprestada, y al punto se fueron descubriendo muchas más banderas de cavallería e infantería portuguesa que junto a la marina corrían a defender el desembarcadero.

Fuentes

Antonio de Escobar,

 "Verdadera recopilación de la felicíssima jornada que la Cathólica Magestad del rey don Felippe nuestro señor hizo en la conquista del reyno de Portugal", impresa en Valencia, en casa de la viuda de Pedro de Huete, en 1586.

ed. de Amparo Alpañés

Anexos de la Revista Lemir (2004)

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