lunes, 3 de noviembre de 1578

Edad:
51 años

Carta de Juan De Zuñiga, embajador en Roma

 S. C. R. MG.

 Preguntóme su S.d cuando le pedí escribiese al maestre de San Juan sobre las expectativas de los prioratos, para quien los quería V. Mg. Díjele que no lo sabia, que podría ser que los quisiese para cumplir con el archiduque Matías o con alguno de sus hermanos, si en ia composición de las cosas de Fíandes hicieran lo que deben, y alargúeme en esto por entender que ayudara el negocio de mejor gana pensando que podrían ser para este efecto y también tuve fin á deshacer una opinión que anduvo los otros días muy extendida por Roma, que V. Mg. tenia un hijo bastardo y que difería la provisión de las encomiendas con fin de unir algunas de ellas y hacer una muy grande que darle, y pudiera Su S.d sospechar que era verdad lo del hijo y que para él se pretendían las expectativas, y aunque estaba Su B.d mas obligado cuando V. Mg. tuviera tal hijo á procurar su comodidad que la de estotros señores, todavía me pareció tenerle primero prendado, y si le hay será bien sacar con tiempo dispensación, para todas las cosas que V. Mg. quisiere que pueda tener aunque no sea legitimo, y podría ser que la hubiese menester para los prioratos.

A manos de Fran.co Hernández remití la semana pasada una carta y una memoria sobre lo que parecia se podría hacer cuando Su S.d quisiese apretar en que se compusiesen las diferencias de jurisdicción de las cosas de esos reinos y es punto de tanta considaración que estuve por enviar á manos propias de M. Mg, aquella carta y memoria: dejelo por lo que deseo que V.Mg se ocupase menos con papeles, y para que con mas descargo de la con- ciencia de V. Mg. y de los que tratamos estos negocios se pueda impedir que no se hable en ellos de esos reinos suplico a V.Mg mande que se vea por personas de mucha conciencia lo que se hace en lo del retener las bulas en los tribunales de España porque las mas veces creo que se incurre en ias censuras de la bula In cena Domini.

Dije el otro dia al Cardenal de Como que quería que me me descubriese un secreto ahora que eran muertas las personas á quien podría ser que estuviese obligado á guardarle y pregúntele que trato y inteligencia tuvo el señor Don Juan que haya gloria. con Su Sd. v con él sobre aquel negocio que V. Mg. me escribió de su mano catorce meses ha. Dijome que el señor Don Juan hizo representar muchas veces á Su Sd. lo que sentía verse tan pobre, deseando que Su B.d le favoreciese y aconsejase para que fuese acomodado conforme a la cualidad de su persona, y que Su S.d estaba muy bien dispuesto en hacer de su parte lo que pudiese y que después le propuso aquel negocio el cual habían facilitado al señor Don Juan los que le facilitaban siempre á todos, y su Al. procuró que Su S.d le ayudase en él pero siempre presuponiendo que lo deseaba tanto por el servicio de V.Mg. como por su ínteres, y que había de preceder la voluntad de V.Mg. v que no le pesaba que Su S.d procurase de disponer á V. Mg todo lo cual dice el Cardenal que trató el señor Don Juan por su medio, escribiéndole muy largas cartas y que las veces que vino aquí el secretario Escobedo habló también en ello y que una carta que escribió el Cardenal al señor Don Juan en nombre de Su Sd, cuando el año de 76 fué á España encargándole propusiese á V. Mg. el negocio fué concertado primero con el señor Don Juan y que en ella le exhortaba á que fuese en persona a proponerlo á V. Mg. porque no tenia entonces licencia de ir.

En carta de 24 de octubre por manos de An.° Pérez ha sido V. Mg . servido de responderme á lo de la licencia que suplicaba para salir de aquí mandándome que me entretenga y prosiga en los negocios hasta que visto el estado en que las cosas adelante se fueren poniendo V. Mg. resuelva lo que se hubiese de hacer. Yo señor pospondré siempre por el servicio y voluntad de V. Mg. toda mi comodidad y contentamiento; porque demás de la fidelidad que como á mi Rey y señor debo á V. Mg. le tengo amor y respeto que á propio padre y conozco que no tiene V. Mg. criado que tanta obligación tenga de servirle como yo, porque si bien á otros muchos ha hecho V. Mg. muy grandes y señaladas mercedes, á ninguno sino á mí ha dado todo lo que ha pretendido y esto no ha sido en los años de la juventud sino en tiempo y en edad que se mide todo con la balanza de la justicia por donde lo debo estimar en mas, habiendo querido V. Mg. dar á entender al mundo que merezco la merced que me ha hecho, y conociéndolo de esta manera gran ingratitud seria la mia en porfiar tanto en lo de esta licencia si no pensase que convenia al servicio de V. Mg. dármela; pero es Dios testigo que entiendo como otras veces he escrito á V. Mg que con ministro nuevo, siendo el que para este lugar conviene, se harían mucho mejor los negocios de V. Mg. y que muy en breve se vería el fruto. No puedo negar que yo lo deseo también por mí, y á V. Mg. he escrito muy llanamente las causas que para ello tengo y por no embarazar ni diferirlo no he hecho mas instancias en lo que escribí los días pasados de lo del Consejo de Estado y del tratamiento y es cierta verdad que por lo que á mí toca no lo pretendo, antes me conviene infinito para pasar en España con quietud lo que me queda de vida no subir otro escalón mas de hasta donde V. Mg. me ha puesto, pues ha sido mas de lo que yo merezco, ni tengo hijos ni parientes cuyo interés me obligue á desear mas acrecentamiento, ni que pueda pretender que continué V. Mg. en ellos después de yo muerto, la honra que á mí me hubiere hecho; pero el clima de Roma es tan inconstante que no sufre que pare jamas la rueda, y si no la ven subir, piensan que cae y si no me hubieran visto favorecido y honrado de V. Mg. no le hubiera podido acertar á servir. Hoy se han cumplido once años que partí de Madrid para servir aquí á V. Mg. y no hay ministro en ningún gobierno ni embajada ni aun en Consejo de Estado fuera del Duque de Alba y prior Don An.°, de quien V. Mg. se hubiese comenzado entonces á servir, ni aun muchos años después, y con todo esto les parece á algunos de los vireyes que por la diferencia de los oficios no se han de tratar conmigo con la igualdad que en España nos tratamos conforme al estado en que V. Mg. me ha puesto, y Juan de Vargas Mexia quiere que no haya mas de un puntico de diferencia en el sobrescrito y que todo lo demás sea igual, y Fran.co de Vera dice que es tan bueno como yo y que no soy su superior porque somos iguales ministros y aunque con el Marques de Alcañices me avengo muy bien y V. Mg. mandó prevenir todo lo que para su servicio y hacerme á mi merced convenia, ha de ser milagro según los maestros que hay aquí de poner celos y sospechas que no nazca alguna desconfianza, y con dos colaterales como el Marqués y Fran.co de Vera tantos dias como podrían durar los negocios de su comisión no se puede conservar la autoridad que con esta gente es menester para negociar con ellos cuando están recatados ó quejosos como,yo los tengo y mas si no se remediase lo que Fran.co de Vera ha dichoy hecho. Yo me he alargado mas de lo que pensaba ni fuera razón; suplico á V. Mg. me lo perdone que el favor y merced que me hace me dan animo de descubrir todos mis pensamientos y acabaré esta materia con suplicar a V. Mg. que provea lo que á su servicio mas conviniere, que este quiero yo sobre todas las cosas de la tierra, pero muy persuadido estoy que para él importa mas la mudanza que para mi gusto y que por esto me es lícito acordallo tantas veces.

Para el cargo de Navarra se me ofrecen dos personas que proponer á V. Mg. que por el deudo y amistad que con entrambos tengo podría ser mi voto sospechoso, pero esto importa poco pues V. Mg. mirará y proveerá lo que á su servicio mas conviniere. El conde de Miranda está imposibilitado de servir á V. Mg. por las deudas que su padre y hermanos le dejaron; podríalo hacer en Navarra y componer con la comodidad de aquel cargo en algunos años sus cosas de manera que se pudiese servir V. Mg. de él en cualquiera otro y confio de su cristiandad y buen entendimiento que saldría hombre de servicio.

Don Juan de Cardona desea mucho salir de la mar y tiene justas causas para ello y ha servido tantos años y de manera que merece que V. Mg, le honre y haga merced y estoy yo muy cierto que dará de todo lo que se le encomendare muy buena cuenta y que servirá con mucha limpieza.

Ntro. Señor la muy real persona de V. Mg. guarde y por tantos años prospere como hemos menester. De Roma á 3 de Diciembre de 1578.

D. V. Mg. hechura, vasallo y criado que sus muy reales pies y manos besa = Don Juan de Zúñiga

 

 

Fuentes

Copia fiel del original existente en mi colección de papeles, FRANCISCO BELDA Y PÉREZ DE NUEROS.

Debido a la amabilidad, de don Francisco Belda, subgobernador primero del Banco de España, podemos comunicar a los lectores la copia de este interesantísimo documento, tránscrito escrupulosamente, por dicho señor del original que conserva en su rico archivo-biblioteca en unión de otros documentos no menos importantes que, con rasgo de especial delicadeza, nos ha prometido copiar asimismo para que se inserten en las páginas de nuestro Boletin. Una vez más reiteramos al señor Belda el testimonio de nuestro reconocimiento.

Real Academia de la Historia.

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